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Ser de esquerda é não aceitar as injustiças, sejam elas quais forem, como um fato natural. É não calar diante da violação dos Direitos Humanos, em qualquer país e em qualquer momento. É questionar determinadas leis – porque a Justiça, muitas vezes, não anda de mãos dadas com o Direito; e entre um e outro, o homem de esquerda escolhe a justiça.
É ser guiado por uma permanente capacidade de se estarrecer e, com ela e por causa dela, não se acomodar, não se vender, não se deixar manipular ou seduzir pelo poder. É escolher o caminho mais justo, mesmo que seja cansativo demais, arriscado demais, distante demais. O homem de esquerda acredita que a vida pode e deve ser melhor e é isso, no fundo, que o move. Porque o homem de esquerda sabe que não é culpa do destino ou da vontade divina que um bilhão de pessoas, segundo dados da ONU, passe fome no mundo.
É caminhar junto aos marginalizados; é repartir aquilo que se tem e até mesmo aquilo que falta, sem sacrifício e sem estardalhaço. À direita, cabe a tarefa de dar o que sobra, em forma de esmola e de assistencialismo, com barulho e holofotes. Ser de esquerda é reconhecer no outro sua própria humanidade, principalmente quando o outro for completamente diferente. Os homens e mulheres de esquerda sabem que o destino de uma pessoa não deveria ser determinado por causa da raça, do gênero ou da religião.
Ser de esquerda é não se deixar seduzir pelo consumismo; é entender, como ensinou Milton Santos, que a felicidade está ancorada nos bens infinitos. É mergulhar, com alegria e inteireza, na luta por um mundo melhor e neste mergulho não se deixar contaminar pela arrogância, pelo rancor ou pela vaidade. É manter a coerência entre a palavra e a ação. É alimentar as dúvidas, para não cair no poço escuro das respostas fáceis, das certezas cômodas e caducas. Porém, o homem de esquerda não faz da dúvida o álibi para a indiferença. Ele nunca é indiferente. Ser de esquerda é saber que este “mundo melhor e possível” não se fará de punhos cerrados nem com gritos de guerra, mas será construído no dia-a-dia, nas pequenas e grandes obras e que, muitas vezes, é preciso comprar batalhas longas e desgastantes. Ser de esquerda é, na batalha, não usar os métodos do inimigo.
Fernando Evangelista

domingo, novembro 30, 2014

La Dignidad toma las calles de España

Cientos de personas se han manifestado esta tarde por las calles del centro de Valencia en las "Marxes per la dignitat" bajo el lema "No a la corrupción!". Foto: EFE
Cientos de personas se han manifestado esta tarde por las calles del centro de Madrid. Foto: EFE
Las Marchas por la Dignidad han vuelto a convertir las calles de España en un lugar de confluencia para las diversas luchas ciudadanas que se expanden por todo el Estado. Cerca de un centenar y medio de colectivos con distintas sensibilidades y reivindicaciones volvieron a reunirse al calor del lema ”Pan, trabajo y techo” como ya hicieron el pasado 22 de Marzo en Madrid.
En esta ocasión las marchas no han tenido como punto de encuentro la capital del país y se han realizado convocatorias descentralizadas en todas las capitales de provincia del país bajo tomando como principales reivindicaciones el “no al pago de una deuda ilegal, ilegítima y odiosa”, “empleo digno con derechos o renta básica”, “servicios públicos para todas las personas”, “derecho a la vivienda para todos” y “no al TTIP (Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión).
Las movilizaciones promovidas desde el movimiento 22-M ponen el punto y final a la ‘semana de lucha’ convocada para “señalar directamente a los responsables de la crisis-estafa”.

La Capital vuelve a llenarse de ‘Dignidad’

Madrid de nuevo ha hecho gala de su músculo social y decenas de miles de personas han salido a la calle para protestar por la situación de “emergencia social” que atraviesa el país en la más multitudinaria de las manifestaciones convocadas hoy. Desde primera hora de la mañana nueve columnas han recorrido las calles y barrios de la ciudadllevando en una marea humana a los diferentes colectivos hasta Atocha.
Durante el trayecto, los manifestantes lanzaron proclamas como “que viva la lucha de la clase obrera” y portaron pancartas en que rezaban “le llaman democracia y no lo es”, “no al pago de la deuda ilegítima” o “violencia es robar casa y pan”.
Una de las manifestantes, Carla, de 26 años, asegura que se manifiesta porque “es el momento de recuperar el país”. “Se han cargado los recursos públicos, el empleo, están expulsando a los jóvenes de las universidades y así es imposible construir un proyecto de vida. Obligan a los jóvenes a irse del país y los jóvenes lo que queremos es quedarnos”, ha lamentado.
Las llamadas Marchas por la Dignidad a su paso por la plaza de Cibeles, camino de la Puerta del Sol, para reivindicar "Pan, trabajo y techo". Foto: EFE
Las llamadas Marchas por la Dignidad a su paso por la plaza de Cibeles, camino de la Puerta del Sol, para reivindicar “Pan, trabajo y techo”. Foto: EFE
Llegada de las Marchas por la Dignidad a la Puerta del Sol, donde se han concentrado miles de personas. Foto: EFE
Llegada de las Marchas por la Dignidad a la Puerta del Sol, donde se han concentrado miles de personas. Foto: EFE
Llegada de las Marchas por la Dignidad a la Puerta del Sol, donde se han concentrado miles de personas. Foto: EFE
Llegada de las Marchas por la Dignidad a la Puerta del Sol, donde se han concentrado miles de personas. Foto: EFE
Las Marchas de la Dignidad este sábado. Foto: EFE
Las Marchas de la Dignidad este sábado. Foto: EFE
(Tomado de Público)
*CubaDebate

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