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Ser de esquerda é não aceitar as injustiças, sejam elas quais forem, como um fato natural. É não calar diante da violação dos Direitos Humanos, em qualquer país e em qualquer momento. É questionar determinadas leis – porque a Justiça, muitas vezes, não anda de mãos dadas com o Direito; e entre um e outro, o homem de esquerda escolhe a justiça.
É ser guiado por uma permanente capacidade de se estarrecer e, com ela e por causa dela, não se acomodar, não se vender, não se deixar manipular ou seduzir pelo poder. É escolher o caminho mais justo, mesmo que seja cansativo demais, arriscado demais, distante demais. O homem de esquerda acredita que a vida pode e deve ser melhor e é isso, no fundo, que o move. Porque o homem de esquerda sabe que não é culpa do destino ou da vontade divina que um bilhão de pessoas, segundo dados da ONU, passe fome no mundo.
É caminhar junto aos marginalizados; é repartir aquilo que se tem e até mesmo aquilo que falta, sem sacrifício e sem estardalhaço. À direita, cabe a tarefa de dar o que sobra, em forma de esmola e de assistencialismo, com barulho e holofotes. Ser de esquerda é reconhecer no outro sua própria humanidade, principalmente quando o outro for completamente diferente. Os homens e mulheres de esquerda sabem que o destino de uma pessoa não deveria ser determinado por causa da raça, do gênero ou da religião.
Ser de esquerda é não se deixar seduzir pelo consumismo; é entender, como ensinou Milton Santos, que a felicidade está ancorada nos bens infinitos. É mergulhar, com alegria e inteireza, na luta por um mundo melhor e neste mergulho não se deixar contaminar pela arrogância, pelo rancor ou pela vaidade. É manter a coerência entre a palavra e a ação. É alimentar as dúvidas, para não cair no poço escuro das respostas fáceis, das certezas cômodas e caducas. Porém, o homem de esquerda não faz da dúvida o álibi para a indiferença. Ele nunca é indiferente. Ser de esquerda é saber que este “mundo melhor e possível” não se fará de punhos cerrados nem com gritos de guerra, mas será construído no dia-a-dia, nas pequenas e grandes obras e que, muitas vezes, é preciso comprar batalhas longas e desgastantes. Ser de esquerda é, na batalha, não usar os métodos do inimigo.
Fernando Evangelista

quarta-feira, dezembro 05, 2012

Bradley Manning: condenado por denunciar crimes do império terrorista 

 

La `alta traición´ del soldado Bradley Manning: destapar los crímenes de EEUU minimizados por los medios
Carga Policial 25S Madrid

La `alta traición´ del soldado Bradley Manning: destapar los crímenes de EEUU minimizados por los medios
Cubainformación TV - Basado en un texto de Iroel Sánchez en el blog “La pupila insomne” (Cuba).- El soldado estadounidense Bradley Manning lleva más de treinta meses en una prisión militar de EEUU a la espera de juicio. Ahora testificará en un tribunal militar acerca de las condiciones degradantes de su confinamiento.
Manning está acusado de filtrar a la organización Wikileaks centenares de miles de documentos de los Departamentos de Estado y Defensa de EEUU. Éstos sirvieron para destapar las torturas y asesinatos de prisioneros y población civil en países invadidos por el ejército norteamericano.
En repetidas ocasiones, el soldado ha declarado que filtró los materiales motivado por su conciencia, como denuncia de la violación masiva de los derechos humanos que practica su Gobierno fuera de sus fronteras y que, tradicionalmente, es silenciada por los grandes medios.
Bradley Manning ha permanecido aislado todo este tiempo, en una celda de cinco metros cuadrados. El congresista Dennis Kucinich, a quien se le negó visitarle, comparó sus condiciones con los abusos en la prisión de Abu Ghraib, en Irak.
El 4 de febrero, en consejo de guerra, Manning será acusado de “alta traición”, y se le solicitará cadena perpetua.
Efectivamente, el joven soldado ha cometido una alta traición: traición a los torturadores de la base de Guantánamo y de las cárceles secretas de la CIA; traición a los asesinos en serie en Iraq y Afganistán.
Pero, sobre todo, traición a quienes, desde Washington, dieron las órdenes o cubrieron con el manto de la impunidad política los asesinatos y las torturas.
Y traición también, a quienes, mientras ponen su lupa de aumento informativo a países como Cuba, minimizan las aberraciones cometidas por quienes siguen presentando como la “mayor democracia del mundo”.
Texto original:
¿A quién traicionó Bradley Manning?
Iroel Sánchez - Blog La pupila insomne.- Esta semana el soldado Bradley Manning, quien lleva más de treinta meses detenido sin juicio, testificará en un tribunal castrense sobre las condiciones degradantes de su confinamiento en instalaciones militares estadounidenses.
Manning es el presunto autor de la filtración de cientos de miles de documentos de los Departamentos de Estado y Defensa de Estados Unidos a la organización Wikileaks. Ninguno de esos materiales habla de problemas de internos de su país sino de cómo son tratados sus prisioneros y supuestos enemigos  por todo el mundo y del modo en que Washington viola masiva y sistemáticamente en los hechos lo que lleva decenios proclamando como justificación de su política exterior: la defensa de los derechos humanos fuera de sus fronteras.
Pero la audiencia de esta semana no es acerca de lo que hizo Bradley Manning con esos documentos sino sobre cómo fue tratado en una prisión militar donde se le aisló en una celda de cinco metros cuadrados, se le obligó a dormir desnudo, y se le retiraron sus espejuelos. La denuncia de esas condiciones degradantes llegó a impactar en sectores influyentes de EE.UU.: compañeros de estudio y profesión de  Barack Obama enviaron una carta al presidente desde la Escuela de Leyes de Harvard, un vocero del Departamento de Estado las calificó de contraproducentes por lo que fue obligado a renunciar, y el congresista Dennis Kucinich, a quien se le negó visitar al soldado en la cárcel, comparó sus condiciones con los abusos en la prisión estadounidense de Abu Ghraib en Bagdad.
El consejo de guerra en que a Manning se le juzgará por “alta traición”, y donde se le solicitará cadena perpetua, comenzará el 4 de febrero. Una alta traición a los torturadores de Guantánamo y las cárceles secretas de la CIA, a los golpistas de Venezuela y Honduras, a los asesinos en serie en Iraq y Afganistán, pero sobre todo a quienes los mandataron para hacerlo. Si, como un Prometeo del siglo XXI, Bradley Manning permaneciera encadenado de por vida, su condena incriminará a sus fiscales mucho más que las vejaciones a que este joven ha sido sometido por desnudar ante el mundo la hipocresía de los Zeus contemporáneos, llámense Obama o Bush. (Publicado en CubAhora)
*GilsonSampaio

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