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Ser de esquerda é não aceitar as injustiças, sejam elas quais forem, como um fato natural. É não calar diante da violação dos Direitos Humanos, em qualquer país e em qualquer momento. É questionar determinadas leis – porque a Justiça, muitas vezes, não anda de mãos dadas com o Direito; e entre um e outro, o homem de esquerda escolhe a justiça.
É ser guiado por uma permanente capacidade de se estarrecer e, com ela e por causa dela, não se acomodar, não se vender, não se deixar manipular ou seduzir pelo poder. É escolher o caminho mais justo, mesmo que seja cansativo demais, arriscado demais, distante demais. O homem de esquerda acredita que a vida pode e deve ser melhor e é isso, no fundo, que o move. Porque o homem de esquerda sabe que não é culpa do destino ou da vontade divina que um bilhão de pessoas, segundo dados da ONU, passe fome no mundo.
É caminhar junto aos marginalizados; é repartir aquilo que se tem e até mesmo aquilo que falta, sem sacrifício e sem estardalhaço. À direita, cabe a tarefa de dar o que sobra, em forma de esmola e de assistencialismo, com barulho e holofotes. Ser de esquerda é reconhecer no outro sua própria humanidade, principalmente quando o outro for completamente diferente. Os homens e mulheres de esquerda sabem que o destino de uma pessoa não deveria ser determinado por causa da raça, do gênero ou da religião.
Ser de esquerda é não se deixar seduzir pelo consumismo; é entender, como ensinou Milton Santos, que a felicidade está ancorada nos bens infinitos. É mergulhar, com alegria e inteireza, na luta por um mundo melhor e neste mergulho não se deixar contaminar pela arrogância, pelo rancor ou pela vaidade. É manter a coerência entre a palavra e a ação. É alimentar as dúvidas, para não cair no poço escuro das respostas fáceis, das certezas cômodas e caducas. Porém, o homem de esquerda não faz da dúvida o álibi para a indiferença. Ele nunca é indiferente. Ser de esquerda é saber que este “mundo melhor e possível” não se fará de punhos cerrados nem com gritos de guerra, mas será construído no dia-a-dia, nas pequenas e grandes obras e que, muitas vezes, é preciso comprar batalhas longas e desgastantes. Ser de esquerda é, na batalha, não usar os métodos do inimigo.
Fernando Evangelista

quarta-feira, dezembro 25, 2013

Emir Sader entrevista José Mujica, presidente do Uruguai

Se plantean los vecinos de Uruguay legalizar la marihuana?

Publicado: 25 dic 2013 | 18:50 GMT Última actualización: 25 dic 2013 | 18:51 GMT
La decisión de legalizar la marihuana adoptada recientemente por Uruguay podría suponer el inicio de un efecto dominó en Latinoamérica. Tanto Argentina como Chile estudian abrir un debate sobre la adopción de medidas semejantes.
Después de que Uruguay se convirtiera en el primer país del mundo que legaliza la marihuana y encomienda el control de su producción y distribución al Estado, en Argentina, el cura  Juan Carlos Molina,  a cargo del organismo estatal de prevención de la drogadicción y la lucha contra el narcotráfico, ha pedido que se abra un debate público en el país sobre la posible adopción de una medida similar.

Argentina amerita un buen debate de esto 
"Argentina amerita un buen debate de esto. Tenemos la capacidad de hacerlo, no tenemos que subestimarnos", señaló Molina en una entrevista con la estación de radio Del Plata.

Según el sacerdote católico, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner también quiere que el asunto adopte un nuevo enfoque.

Sus comentarios son la señal más clara manifestada hasta la fecha de que la estrategia de Uruguay, que busca romper el vínculo entre el lucrativo comercio de la marihuana y el crimen organizado, ha dado inicio a una tendencia en una región que hace mucho tiempo se cansó del derramamiento de sangre, los gastos y los fracasos de la guerra de Washington contra las drogas, señala un artículo publicado en el portal Global Post.

Revisión sobre la calificación de la marihuana en Chile


Otra nación vecina, Chile, también está dispuesta a sacar el tema al debate público, pese a contar con numerosas leyes de perfil muy conservador, dado que su Constitución fue redactada durante la dictadura de Pinochet. No obstante, la nueva presidenta chilena, Michelle Bachelet, podría relajar las leyes sobre la marihuana. De hecho, en su campaña se ha comprometido a revisar la clasificación actual del cannabis como droga dura.

Numerosos Gobiernos de la región ya se han mostrado a favor de abandonar o al menos relajar el enfoque prohibicionista de las drogas puesto en marcha por el Gobierno de Richard Nixon. Una estrategia que, según el mismo medio, no ha logrado frenar el aumento del consumo de cannabis, cocaína y otras sustancias prohibidas durante los últimos 40 años.

Además, no solo son los políticos izquierdistas como Mujica y Fernández de Kirchner quienes hablan acerca de este asunto, también lo hacen los conservadores como el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, y el de Guatemala, Otto Pérez Molina.

Pese a los halagos que ha recibido la fórmula uruguaya, hay muchos que oponen resistencia a la medida dentro de Uruguay. Así, el político conservador Jorge Larrañaga, que planea convertirse en candidato a la presidencia de Uruguay en 2014, se ha comprometido a derogar la ley en caso de ser elegido. Mujica, por su parte, asegura que los Gobiernos han regalado importantes beneficios a los criminales manteniendo la producción y venta de marihuana en la sombra. 


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/115222-uruguay-america-latina-legalizar-marihuana

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