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Ser de esquerda é não aceitar as injustiças, sejam elas quais forem, como um fato natural. É não calar diante da violação dos Direitos Humanos, em qualquer país e em qualquer momento. É questionar determinadas leis – porque a Justiça, muitas vezes, não anda de mãos dadas com o Direito; e entre um e outro, o homem de esquerda escolhe a justiça.
É ser guiado por uma permanente capacidade de se estarrecer e, com ela e por causa dela, não se acomodar, não se vender, não se deixar manipular ou seduzir pelo poder. É escolher o caminho mais justo, mesmo que seja cansativo demais, arriscado demais, distante demais. O homem de esquerda acredita que a vida pode e deve ser melhor e é isso, no fundo, que o move. Porque o homem de esquerda sabe que não é culpa do destino ou da vontade divina que um bilhão de pessoas, segundo dados da ONU, passe fome no mundo.
É caminhar junto aos marginalizados; é repartir aquilo que se tem e até mesmo aquilo que falta, sem sacrifício e sem estardalhaço. À direita, cabe a tarefa de dar o que sobra, em forma de esmola e de assistencialismo, com barulho e holofotes. Ser de esquerda é reconhecer no outro sua própria humanidade, principalmente quando o outro for completamente diferente. Os homens e mulheres de esquerda sabem que o destino de uma pessoa não deveria ser determinado por causa da raça, do gênero ou da religião.
Ser de esquerda é não se deixar seduzir pelo consumismo; é entender, como ensinou Milton Santos, que a felicidade está ancorada nos bens infinitos. É mergulhar, com alegria e inteireza, na luta por um mundo melhor e neste mergulho não se deixar contaminar pela arrogância, pelo rancor ou pela vaidade. É manter a coerência entre a palavra e a ação. É alimentar as dúvidas, para não cair no poço escuro das respostas fáceis, das certezas cômodas e caducas. Porém, o homem de esquerda não faz da dúvida o álibi para a indiferença. Ele nunca é indiferente. Ser de esquerda é saber que este “mundo melhor e possível” não se fará de punhos cerrados nem com gritos de guerra, mas será construído no dia-a-dia, nas pequenas e grandes obras e que, muitas vezes, é preciso comprar batalhas longas e desgastantes. Ser de esquerda é, na batalha, não usar os métodos do inimigo.
Fernando Evangelista

terça-feira, abril 10, 2012

Divulgan imágenes de una base secreta de EEUU en Groenlandia para misiles nucleares

 

El diagrama de la base
No, estas imágenes no muestran fotografías en blanco y negro de la base rebelde en el planeta helado de Hoth. Es parte de un plan secreto para instalar una base de propulsión nuclear del Ejército de EE.UU., que fue construida bajo las capas de hielo de Groenlandia, a 800 kilómetros del Polo Norte, y conocida como “Camp Century”.
La base fue construida, según versión oficial, para llevar a cabo investigaciones científicas, pero la verdadera razón ha sido develada recientemente: probar la viabilidad de enterrar misiles nucleares bajo el hielo en un esfuerzo conocido como Proyecto Iceworm, en el contexto de la Guerra Fría.
El coronel del ejército de los Estados Unidos, John H. Kerkering, fue el militar puesto al frente de un ambicioso proyecto que construyó literalmente una ciudad subterránea bajo el hielo de Groenlandia.
En 1959 y bajo el nombre en clave de “Proyecto Iceworm”, el Centro de Desarrollo e Investigación Polar de los Estados unidos puso en marcha todo un entramado para construir la ciudad subterránea bajo las capas de hielo de la isla ubicada a 800 kilómetros al sur del Polo Norte, entre los océanos Atlántico y Glaciar Ártico. Era una disposición táctica y geográfica que lo hacía idóneo para cumplir sus objetivos de agresión nuclear contra la URSS.
El lugar elegido para realizar el proyecto fue una meseta a 6.180 pies (unos 1.883 metros) sobre el nivel del mar y con una temperatura media de unos -23 grados centígrados, aunque podía llegar a alcanzar los -56 grados.
Unas potentes tuneladoras fueron trasladas hasta el lugar, realizando todo un entramado de largos pasillos subterráneos que acabaron albergando una central nuclear, cuyo coste de traslado había superado los 5 millones de dólares.
Los 30 edificios interiores estaban realizados por placas de madera prefabricadas y en ellas se encontraban las viviendas, biblioteca, servicios médicos y religiosos, lugares de ocio y servicio (cantina, teatro, peluquería, lavandería), almacenes, laboratorios y todo lo imprescindible para llevar una vida lo más placenteramente posible en un lugar tan hostil, aparte de poder realizar con normalidad el trabajo encomendado a los militares que allí residían (85 en época de invierno y aproximadamente 200 en verano).
El suministro de agua que recibía Camp Century se realizaba a través de un bombeo de vapor de un pozo de hielo, por el que el elemento líquido que se utilizaba pertenecía a la nieve caída sobre Groenlandia dos mil años antes.
A través de una línea ferroviaria de más de tres kilómetros se conectaban los veintiún túneles interiores y una calle central de aproximadamente mil metros de larga.
Todo se preparó para simular un centro de investigación y experimentación científica, pero en realidad escondía todo un entramado de defensa militar que había decidido trasladar hasta allí aquel centro de operaciones debido a su perfecta ubicación a medio camino entre Nueva York y Moscú.
Pero todo aquel monumental montaje que tuvo un costo de 8 millones de dólares, (60 millones si lo trasladamos a nuestros días) de poco sirvió, ya que, tras varios años de construcción, apenas tuvo una producción activa, abandonando el proyecto en el año 1966.
El mayor problema que se encontraron fue el movimiento de los glaciares, ya que éste amenazaba con colapsar los túneles y tal y como se dio por finiquitado fueron derrumbándose.
Hasta 1997 no se dieron a conocer los detalles del Proyecto Iceworm tras desclasificarse los documentos por parte del Instituto danés de política exterior, que facilitó un informe a petición del parlamento de su país que dio debida cuenta de los planes norteamericanos en Groenlandia. Esta isla pertenece a Dinamarca, país que se había declarado, en 1957, territorio libre de armamento nuclear. A los EEUU no le importó en lo absoluto.
La base de agua, así, cavado 150 pies en el hielo, donde el hielo un serpentín de calentamiento luego derretida por el agua potable.
La base se abastecía de agua con una torre de 150 pies en el hielo.
Un serpentín de calentamiento derretía el hielo para obtener agua potable.
Base Militar en Groenlandia
Base Militar en Groenlandia
Base Militar en Groenlandia
Base Militar en Groenlandia
Base militar en Groenlandia
Base Militar en Groenlandia
Base militar en Groenlandia
Base Militar en Groenlandia
Base militar en Groenlandia
Base Militar en Groenlandia
Base militar en Groenlandia
Base Militar en Groenlandia
Base militar en Groenlandia
Base Militar en Groenlandia
Dibujo del pozo de agua de Camp Century.
Dibujo del pozo de agua de Camp Century.
La localización de Camp Century
La localización de Camp Century
No CubaDebate
*comtextolivre

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