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Ser de esquerda é não aceitar as injustiças, sejam elas quais forem, como um fato natural. É não calar diante da violação dos Direitos Humanos, em qualquer país e em qualquer momento. É questionar determinadas leis – porque a Justiça, muitas vezes, não anda de mãos dadas com o Direito; e entre um e outro, o homem de esquerda escolhe a justiça.
É ser guiado por uma permanente capacidade de se estarrecer e, com ela e por causa dela, não se acomodar, não se vender, não se deixar manipular ou seduzir pelo poder. É escolher o caminho mais justo, mesmo que seja cansativo demais, arriscado demais, distante demais. O homem de esquerda acredita que a vida pode e deve ser melhor e é isso, no fundo, que o move. Porque o homem de esquerda sabe que não é culpa do destino ou da vontade divina que um bilhão de pessoas, segundo dados da ONU, passe fome no mundo.
É caminhar junto aos marginalizados; é repartir aquilo que se tem e até mesmo aquilo que falta, sem sacrifício e sem estardalhaço. À direita, cabe a tarefa de dar o que sobra, em forma de esmola e de assistencialismo, com barulho e holofotes. Ser de esquerda é reconhecer no outro sua própria humanidade, principalmente quando o outro for completamente diferente. Os homens e mulheres de esquerda sabem que o destino de uma pessoa não deveria ser determinado por causa da raça, do gênero ou da religião.
Ser de esquerda é não se deixar seduzir pelo consumismo; é entender, como ensinou Milton Santos, que a felicidade está ancorada nos bens infinitos. É mergulhar, com alegria e inteireza, na luta por um mundo melhor e neste mergulho não se deixar contaminar pela arrogância, pelo rancor ou pela vaidade. É manter a coerência entre a palavra e a ação. É alimentar as dúvidas, para não cair no poço escuro das respostas fáceis, das certezas cômodas e caducas. Porém, o homem de esquerda não faz da dúvida o álibi para a indiferença. Ele nunca é indiferente. Ser de esquerda é saber que este “mundo melhor e possível” não se fará de punhos cerrados nem com gritos de guerra, mas será construído no dia-a-dia, nas pequenas e grandes obras e que, muitas vezes, é preciso comprar batalhas longas e desgastantes. Ser de esquerda é, na batalha, não usar os métodos do inimigo.
Fernando Evangelista

terça-feira, outubro 28, 2014

Exclusiva: RT sube el telón de la enigmática Corea del Norte en un documental único

RT estrena 'El pueblo del mariscal, 10 días en Corea del Norte', un documental que muestra este país asiático como nunca antes se había visto. ¿Cómo es la vida en un Estado en el que la maquinaria socialista resiste desde hace casi 70 años?
¿Cómo es el día a día de los norcoreanos? ¿Qué hay realmente detrás del país 'más hermético' del mundo? ¿Qué opinan los ciudadanos de Corea del Norte de su líder, Kim Jong-un? Este documental exclusivo ofrece la respuesta a estas y otras preguntas acerca de un país que desde su formación en 1948 alberga una de las sociedades más cerradas del mundo.  
 
En Corea del Norte un sistema político único resiste desde hace décadas y mantiene una sociedad aislada y sometida, o "protegida del mundo por su líder", según matizan sus propios ciudadanos. 
 

Se trata de un país atrapado en la guerra, que crece económicamente, que se abre bajo vigilancia a inversores y a turistas, pero rígido e impenetrable.

 


El centro del poder del régimen norcoreano, Pionyang, es donde el equipo de RT recogió buena parte del material visual que ofrece este documental. Allí, el profesor e investigador del Instituto de Industria Biológica Kim Chol Ho afirmó sentirse orgulloso de contar con este singular sistema político. 
 

"Nosotros con el mariscal somos como una familia y tenemos una situación política y económica más estable. En pocas palabras, los ciudadanos estamos orgullosos de tener un régimen socialista", aseguró el profesor a RT
 

Trabajar, hacer funcionar el sistema, alcanzar los objetivos marcados por el Estado es una cuestión de honor que la propaganda que envuelve las granjas cooperativas se encarga de recordar durante la jornada. Las aspiraciones de los jóvenes estudiantes entrevistados están también vinculadas con el servicio al país. 

La contribución al soporte y a la continuidad del sistema norcoreano es una obligación también para los presos, cuyo número es un secreto más. Existen trabajos forzados para los crímenes considerados más graves y trabajos sociales los para delitos mejores. 
Los criminales deben trabajar al igual que los campesinos que cosechan el arroz para dar de comer a la población
 
 "Creemos que la persona que es un criminal, cuyo delito se ha probado y que ha sido juzgado y sentenciado debe devolver a la sociedad al menos parte de ese daño que ha hecho y no creemos que deba hacerlo drogándose en prisión, como en el caso de España u otros países, o sometido a todo tipo de vida corrupta y con todo tipo de facilidades como otros sistemas penitenciarios", declaró Alejandro Cao de Benós, presidente de la asociación de Amigos de Corea del Norte y la persona que gestionó la entrada del equipo de RT al país. 
 
En su opinión, "debe trabajar al igual que los campesinos que cosechan el arroz para dar de comer a la población". 
 
Para la realización de este documental el equipo de RT pasó diez días en Corea del Norte recogiendo material visual y entrevistando, entre otros, a campesinos, profesores y artistas.  
 
"Aunque, evidentemente, hemos trabajado bajo el habitual control gubernamental del país sobre periodistas y extranjeros, y con un programa de visitas cerrado y supervisado en todo momento, hemos podido grabar imágenes y entrevistas muy interesantes de un país que no se deja conocer fácilmente, de una sociedad prácticamente inaccesible para los medios", aseguraron los periodistas de RT que trabajaron en 'El pueblo del mariscal, 10 días en Corea del Norte'. 

GALERÍA DE FOTOS: DESCUBRA LA ENIGMÁTICA COREA DEL NORTE CON RT     


Texto completo en: http://actualidad.rt.com/actualidad/view/144995-documental-rt-corea-norte-exclusiva


*FláviaLeitão

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